Por: Ramón Antonio Veras.

I.- Iluso no, soy realista

1.- Creo no tener nada que indique que me inclino a vivir de ilusiones. Por el contrario, trato de ser realista y mantenerme con mi reloj en hora, con respecto al medio donde me ha correspondido vivir.

2.- No ignoro la sociedad humana donde me encuentro y el sistema social que en ella predomina, el cual ha contribuido a endurecer las fibras sensibles de amplios sectores del conglomerado nacional dominicano.

3.- Nada quita que, aun conociendo el medio donde vivo y la apatía que lo ha contaminado, manifieste mi voluntad a que en el nuevo año se materialicen mis anhelos con relación a determinados asuntos de interés humano, nacional e internacional.

II.- Aspiraciones posibles, pero con acciones de masas

4.- Es mi deseo vehemente que del pensamiento de mis connacionales desaparezca el odio, para que el sentimiento de antipatía arraigado en amplios sectores, clases y capas sociales de la sociedad dominicana, ceda su lugar al afecto sincero.

5.- Pretendo que la vida material y espiritual de las grandes mayorías nacionales, deje de ser angustiosa, y su tormentosa existencia se le haga algo llevadero, y no inviable como ahora, que les resulta imposible para vivir dignamente.

6.- Quiero continuar accionando para que nuestro pueblo haga conciencia de la necesidad de luchar contra el sistema para acabar con la desigualdad, adecentar la vida pública, para que el fenómeno de la corrupción no siga dominando el ambiente del país.

7.- No hay duda de que suspiraría profundamente, luego de saber que el año 2022, trajo para el pueblo servicios de salud y de educación de calidad, sin ninguna clase de intermediarios que solamente saben hacer comercio para aniquilar el saber y el derecho a la vida.

8.- Ardientemente deseo que nuestro pueblo eleve hasta lo más alto su nivel de conciencia ciudadana, cívica, política y social, para que llegue a disfrutar de un gobierno verdaderamente democrático, integrado por una conjunción de fuerzas económicas, políticas y sociales identificadas con el desarrollo nacional independiente.

9.- Sería anhelante para mi, ver que los ricos del país, o su gran mayoría, piensen como mujeres y hombres de la burguesía nacional, bregando por su mercado nativo, contra los rapaces intereses extranjeros que mancillan la soberanía nacional y tratan a los acaudalados criollos como simples apéndices, cola del principal imperio occidental.

10.- Aspiro a sentirme que vivo en un medio en el cual no estoy asfixiado por las pestilencias que se respiran en el ambiente dominicano, ahogado por la podredumbre que emana un orden social degradante que mantiene al pueblo respirando males sociales por todas partes.

III.- Ideas de aspiraciones finales

11.- No es pretender vivir en una comunidad humana de puritanos, expresar el legítimo deseo de tener una existencia acorde con garantía de vida, orden institucional y vigencia de principios éticos y morales.

12.- Como ser humano y ciudadano de un país cargado de pobreza, es de justicia tener la voluntad de pretender ver materializadas aspiraciones que, con determinación, es posible que se conviertan en sueños hechos realidades.

13.- Porque confío en el poder de las masas populares dominicanas, creo no estar despistado cuando expongo deseos que se pueden realizar, y que otros pueblos con menos tradición de lucha que el nuestro, han materializado.

14.- Hago mía la idea de “que lo importante es poder decir, como Galileo, que el mundo se mueve…, que el mundo se mueve y avanza, mas no en la dirección como desearían imponerle las clases dominantes sobrepasadas por la historia, incapaces de renovarse, faltas de inteligencia para comprender la inevitabilidad de los cambios y, lo que es más importante, imposibilitadas además de impedirlos”.

15.- Finalmente, América Latina, El Caribe y el mundo entero se mueven y marchan hacia adelante, a golpes de cambios, de transformaciones impuestas por los que en cada país son los más, los marginados de la sociedad que, aunque son mayoría, hoy no controlan el poder del Estado.

Santiago de los Caballeros,

1 de enero de 2022.

Por Radaccion

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