Facebook / Prefeito Simão Peixoto
El edil de Borba, el conservador Simão Peixoto, se enfrentó en el cuadrilátero con el exconcejal Erineu Alves da Silva, quien había calificado al burgomaestre de «canalla» y «sinvergüenza».

Las señales del deterioro de la política en Brasil empiezan a ser cada vez más claras. Este fin de semana, el alcalde de una localidad en el norte del país se enfrentó en un cuadrilátero contra un político opositor que le había acusado de ineficiencia.

El insólito encuentro de tres rounds fue transmitido en redes sociales y tuvo como protagonistas al alcalde de Borba, Simão Peixoto, y al exconcejal Erineu Alves da Silva, conocido en la zona como ‘Mirico’. Pero el pleito en la localidad, ubicada a 140 kilómetros al sur de Manaos (Amazonas), comenzó meses atrás.

En septiembre pasado, ‘Mirico’ publicó un video llamando «canalla» y «sinvergüenza» al alcalde por las fallas en la conservación del balneario de la ciudad y amenazó con darle una paliza. En respuesta a las críticas, Peixoto retó al político opositor a zanjar las diferencias en el ring, al mejor estilo de la UFC.

Facebook / Prefeito Simão Peixoto

Lo que en principio parecía una bravuconada sin mayor trascendencia, pronto se convirtió en una disputa concertada para la que se vendieron entradas por 100 reales (17,5 dólares), según detallaron medios locales. Frente a las críticas que hubo en su contra por incentivar la pelea, el alcalde se justificó alegando que él no había comenzado el pleito y que prefería el cuadrilátero a una riña callejera: «Yo no soy un luchador, yo soy un prefecto del municipio».

Pero días más tarde, el propio Peixoto se encargó de aumentar la temperatura en víspera del encuentro, ya que difundió videos para mostrar cómo se preparaba para enfrentarse a golpes con ‘Mirico’.

En la madrugada del domingo, el gimnasio de la escuela local donde se instaló el cuadrilátero estaba a reventar. Cuando el alcalde llegó al ring, pasadas las 2:30 de la madrugada, lo hizo con la típica actitud desafiante de los luchadores de la UFC: pisando fuerte y pasándose un par de veces el dedo por el cuello para intimidar a su contendiente.

Peixoto, de 39 años, hizo caer rápidamente a ‘Mirico’, de 45. No obstante, el exconcejal se repuso y asestó varios golpes y patadas al alcalde hasta hacerlo cojear al cabo de varios minutos. «Lo cierto es que el alcalde quedó boquiabierto de tanta paliza», informó Fato Amazônico.

Sin embargo, el desempeño de ‘Mirico’ no fue suficiente para ganar la pelea. Medios locales reportaron que Peixoto se impuso «por puntos», bajo la protesta de varios espectadores que quedaron descontentos con el resultado y lo calificaron de «mermelada [amaño]».

Ante las críticas por su actitud poco conciliadora, el alcalde aseguró que había accedido a participar en ese encuentro para incentivar el deporte. En redes sociales, no obstante, muchos usuarios expresaron su preocupación porque consideran que este tipo de hechos demuestran que las hostilidades le están ganando por nocaut a la política brasileña, alentada por los discursos extremistas que se han vuelto cotidianos desde la llegada de Jair Bolsonaro al poder.

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Por Radaccion

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