Por: Ramón Antonio Veras.
1.- Los seres humanos, para inclinar sus sentimientos hacia algo, deben sentirse motivados, tener una causa que sea el móvil de su accionar.
2.- El afecto profundo que la persona siente por algo, la incita a conquistarlo, tenerlo a su alcance, disposición y cuidarlo.
3.- La concepción impregnada de afición a los demás, impulsa al hombre o a la mujer, al humanismo, a preocuparse por su bienestar, por el desarrollo de todas sus potencialidades.
4.- Educar a la gente para que quiera a su patria es formarla con la idea fija de que a ella le sea fiel; defienda su patrimonio material y cultural; ser celosa con su soberanía e independencia, y siempre poniendo por delante la devoción por el pueblo. Así se cultiva el patriotismo.
5.- Partiendo de los ya definidos y explicados conceptos de motivación, el amor, el humanismo y el patriotismo, conviene que nos formulemos la siguiente pregunta: ¿en la presente coyuntura que vive la República Dominicana, se está formando a la niñez para que se motive a querer a los demás, y al patriotismo?
6.- Procede que cada quien se convierta en juez de su conciencia, y razone partiendo de la realidad que estamos viviendo, siempre tomando como base lo que a diario vemos y somos testigos.
7.- En el medio social dominicano no se está instruyendo a los niños en la línea de que el individuo debe aprender a combinar los intereses personales con los sociales, y luchar por crear un ambiente adecuado para el desarrollo humano integral de todas y de todos.
8.- El puro sentimiento, el verdadero amor por lo que en conjunto es la patria, eso aquí no cuenta. La independencia y la soberanía nacional se han convertido en un conjunto de palabras vacías, huecas, desprovistas de contenido.
9.- Hoy más que nunca se está comprobando que el amor a la patria, el respeto a la soberanía nacional y el apego a la independencia, no son más que frases hechas para engañar a los ilusos que todavía creen en la dignidad.
10.- Las dominicanas y los dominicanos, en su generalidad, lucen sentirse a gusto en su territorio nacional, pero no les importa lo que nos imponga la política exterior de Estados Unidos. La soberanía se fue al carajo.
11.- A nivel oficial, la diplomacia dominicana se mueve placentera, a gusto, muy regocijada, ejecutando lo que sea del agrado de Washington.
12.- A nuestro país lo han empaquetado en la subordinación, listo para comportarse obediente y olvidarse de ser independiente.
13.- Al dominicano de honor lo que le queda es, aunque de luto, continuar armado de convicciones democráticas, para no oxidarse en este fango social y politiquero.
14.- Los difíciles períodos para los pueblos, son los adecuados para que sus mejores hombres y mujeres, demostrando firmes ideales y honor, se pongan en tensión para producir los cambios que traen progreso social y vergüenza nacional.
15.- Es oportuna la ocasión para orientar a las grandes mayorías nacionales en el sentido de reclamar respeto y consideración a la soberanía nacional en todas sus manifestaciones.
16.- En un momento como el que actualmente vive la República Dominicana, en el cual para nada cuentan la independencia y soberanía, es oportuno tocar las fibras sensibles de las ciudadanas y de los ciudadanos que sienten amor por su país para que conserven en lo más alto la vergüenza nacional.
Santiago de los Caballeros,
6 de septiembre de 2024.