Los altos costos de los medicamentos, seguros médicos y honorarios de los médicos se han convertido en un “permanente dolor de cabeza” y en quejas colectivas entre habitantes de Santiago de los Caballeros, más aún de la clase desposeída.
Los costos de las medicinas en las farmacias son elevados, las ARS suben sus tarifas y los médicos sus honorarios alegando que las aseguradoras pagan cantidades pírricas por sus servicios.
El descontento es el “pan nuestro de cada día” entre pasajeros y choferes del transporte público, en lugares de trabajo públicos y privados, así como personas en las calles, según han observado periodistas de La Información.
Pero las lamentaciones se centran más en los elevados costos de las medicinas, situación que ha dado lugar a que personas de bajos ingresos económicas abarroten las farmacias del pueblo o boticas populares instaladas en diferentes zonas de Santiago.
El problema impacta a las personas y a las familias, que también debido al alto costo de los productos de consumo masivo, en ocasiones han dejado de comprar los medicamentos que requieren para tratar enfermedades de alto impacto.
“Yo tengo que tomarme dos pastillas para el corazón, una cuando me levanto en la mañana y la otra al acostarme por la noche, pero ayer nada más pude tomarme la de cuando me levanté”, dijo una señora envejeciente mayor, que se identificó como Argentina Vásquez Molina, quien dijo que lleva tres años en un tratamiento para la hipertensión arterial.
La dama dijo que al igual que ella hay enfermos de cáncer, diabetes, hipertensión arterial y de otros padecimientos de salud que requieren de consumo constante de medicinas y de visitas frecuentes a los médicos, pero como consecuencia de los altos costos y por la falta de dinero no cumplen con ese requerimiento.
También han expresado sus quejas de que los hospitales carecen de medicamentos y de otros servicios, situación que pone en peligro la salud de quienes carecen de recursos económicos para cotizar sus atenciones médicas y adquirir los medicamentos.