Richard Pierrin / AFP


Dajabón.- Luego de años de desestabilización política e intenso cabildeos intervenciononista, Haití parece estar en la atensala de una nueva intervención militar patrocinada por los responsables de sus más angustiantes problemas.

El fracaso de la gestión del primer ministro de Haití, Ariel Henry, quien trata de ocultar su incapacidad tras el amparo del envío de una nueva fuerza multinacional parece avanzar bojo las presiones de Estados Unidos.

Sospechosos del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, en Puerto Príncipe, el 8 de julio de 2021
Jean Marc Hervé Abélard / AP

Esta semana, Kenia ha anunciado su disposición a liderar esa misión y a desplegar 1.000 policías en el país caribeño.

La anterior intervención militar contra Haití fracasó definitivamente hace seis años bajo el mandato de la cuestionada Misión de Estabilización de la ONU en Haití (Minustah).

La llegada del cólera, más abusos sexuales y de todo tipo fueron los logros de esa intervención.

Sin embargo, el Primer ministro Henry sigue insistiendo desde octubre en la necesidad de una fuerza internacional que ayude a pacificar esta nación, pero en realidad solo busca aferrarse al poder y los privilegios de su élite gobernante.

Cabe preguntarse, ¿por qué los responsables de llevar el cólera y la miseria al pueblo haitiano, lejos de responder con la ayuda que esa nación requiere recurren otra vez al uso de la fuerza?.

Ni las naciones Unidas como responsables de los que llevaron el cólera a Haití, ni Francia que obligó el liderazgo haitiano a convertir ese país en un desierto mediante el corte de madera para pagar un tributo por su independencia han mostrado preocupación frente al problema real de la nación haitiana

Por Radaccion