En entrevista con Sputnik, el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Salazar-Xirinachs, lamentó que América Latina haya tenido un crecimiento «heterogéneo y un poco mediocre» en los últimos meses y no fue optimista con respecto a 2023. Además, advirtió sobre los desafíos de la brecha digital en la región.

Si bien ha logrado un crecimiento económico tras la pandemia de COVID-19, América Latina deberá afrontar un 2023 que «no pinta muy bien» en materia de crecimiento económico, advirtió el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de Naciones Unidas, José Salazar-Xirinachs.

En entrevista con Sputnik, el economista costarricense recordó que la contracción económica de 2020 fue «la más grande de la historia» en al menos los últimos 120 años. «El shock de la pandemia fue peor que la contracción de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), de la Gran Depresión, la crisis de los 80 y de la crisis financiera de 2008», aseguró.

La recuperación económica «particularmente fuerte» de la región en 2021 —período en el que algunos países crecieron entre 8% y 10% de su PIB, recordó el jerarca— pronto dio lugar a crecimientos más austeros. En efecto, la CEPAL espera que el 2022 culmine con un crecimiento del 3,2% y espera que para 2023 el guarismo baje a 1,4%.

La región no está sola en ese fenómeno. Salazar-Xirinachs apuntó que el mundo tendrá en 2022 el mismo crecimiento que América Latina, aunque con un mejor desempeño —un 2,7% de crecimiento— para 2023.

Para el secretario ejecutivo de CEPAL, el panorama termina de explicarse por el débil desempeño esperado para EEUU, con un crecimiento de solo 1%, la Unión Europea, con un 0,5%, y con China, que «tampoco está creciendo tanto».
«La recuperación ha sido heterogénea y un poco mediocre y desafortunadamente en materia de crecimiento el año entrante no pinta muy bien», diagnosticó Salazar-Xirinachs.

El secretario ejecutivo de la CEPAL aclaró que las magras perspectivas no implican que «cada país individualmente no deba seguir haciendo el esfuerzo por reactivar su economía, porque eso puede ser una gran diferencia para el empleo y para los ingresos fiscales».

La inflación, un problema que persiste

Las cifras no son ajenas al contexto de conflictos geopolíticos que impactan en la economía mundial y se evidencia principalmente en el aumento de los precios de los alimentos, fertilizantes e hidrocarburos.

En ese sentido, el titular de la CEPAL consideró que el conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia por parte de Occidente han tenido «efectos desigualadores preocupantes» en las economías. De todos modos, estimó que es posible que en 2023 se estabilicen algunos precios y eso lleve «a los bancos centrales a no seguir subiendo las tasas de interés», afirmó.

«El año entrante hay un escenario donde hay un quiebre, pero en todo caso es un quiebre lento y no es muy factible que se vuelva al periodo de muy baja inflación. Por un tiempo o incluso unos años más, quedará una cierta inflación moderada», pronosticó.

De acuerdo con la CEPAL, en 2022 la pobreza en América Latina y el Caribe alcanzaría al 33% y la pobreza extrema llegaría a 14,5%. Ese escenario lleva al organismo a apostar por fomentar el crecimiento económico, apoyando la creación del espacio fiscal para reformas tributarias, fortaleciendo programas sociales y apelando a la generación de empleo.

Por Radaccion

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