Los intentos de contraofensivas ucranianas han fracasado ante las tropas rusas y han resultado costosas para Kiev.

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Sin embargo, las afectaciones también podrían llegar a sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), observa el investigador del Centro de Políticas de Seguridad y exfuncionario del Pentágono, Stephen Bryen.

Los miles de millones de dólares que ha recibido el Gobierno de Volodímir Zelenski no se han materializado en éxitos en el campo de batalla, ya que el Ejército ruso ha dicho que ha impedido cualquier tipo de avance, una situación que ha generado comentarios de toda índole en las altas esferas de Washington.

En ese sentido, Stephen Bryen sostiene que la Alianza atlántica se ha dado cuenta que sus equipos militares y sus tácticas —transmitidas a las milicias de Kiev— no son la panacea para ganar conflictos bélicos.

«A pesar del intenso adiestramiento de las principales brigadas ucranianas por parte de la OTAN y del suministro de armamento estadounidense y europeo (…), las fuerzas ucranianas han recibido una dura paliza», señala Bryen en un artículo para el medio Asia Times.

«La contraofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas en el este y el sur de Ucrania ha resultado ser un costoso fracaso. Y ese fracaso, a su vez, tiene repercusiones en la OTAN», indica el especialista.

El presidente ruso Vladímir Putin asegura que desde el 4 de junio, cuando empezó la contraofensiva de Kiev, las tropas ucranianas han perdido 415 tanques —muchos de ellos de fabricación occidental— y más de 1.300 vehículos blindados. Además, se estima que las pérdidas humanas para el Ejército de Kiev suman más de 26.000, prácticamente la mitad de los 60.000 soldados que Ucrania reportó haber reclutado en marzo, de acuerdo con cifras de Moscú.

Y es que el financiamiento que ha recibido Ucrania desde que comenzó el conflicto en febrero de 2022 ha sido multimillonario. Tan solo el año pasado, la Administración Biden pidió al Congreso estadounidense 45.000 millones de dólares para enviar ayuda militar, financiera y humanitaria a Kiev.

Apenas este 7 de agosto, la cadena CNN informó que Biden planea pedir más recursos este año.
Por ello, dice Bryen, Washington, como líder de la OTAN, tiene una mayor responsabilidad sobre el desempeño del Ejército de Zelenski.

«Desde hace tiempo se sabe que la OTAN tenía serias dificultades para defender partes críticas del Báltico y Europa del Este (…). La expansión de la OTAN siempre supuso un riesgo militar», observa este exmilitar, quien jugó un papel trascendental en la transferencia de tecnología de defensa durante los conflictos de su país en Irak, Siria y Libia.

Según él, la idea de adherir a Kiev al bloque otanista y de tratar de aislar a Moscú mediante sanciones económicas y comerciales ha tenido un efecto contraproducente en la Unión Europea (UE).

Como ejemplo cita a Alemania, país que desde hace varios años dependía de los precios bajos de los energéticos rusos para mantener su capacidad industrial. Sin embargo, esa «era de energía barata» para la economía alemana «ha terminado», dice.

«Ahora los países de la OTAN empiezan a comprender que sus mejores equipos no bastan para protegerlos en caso de guerra», comenta el exfuncionario del Departamento de Defensa estadounidense.

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«En algún momento, en un futuro no muy lejano, los principales países europeos se retractarán de su apoyo entusiasta a Ucrania y a la expansión de la OTAN, y de los miles de millones de dólares en equipamiento militar consumidos en el conflicto, y buscarán un acuerdo con los rusos.

Y aunque es posible que Washington intimide a [Olaf] Scholz en Alemania o a [Emmanuel] Macron en Francia, la intimidación tiene sus límites», concluye.sputniknews.lat

Por Radaccion