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El sociólogo y exdiplomático Bernardo Arévalo de León, juró como nuevo presidente de Guatemala para el período 2024-2028, después de que el Congreso intentó impedir el traspaso del poder al retrasar la ceremonia de investidura, mientras en las calles miles de protestantes exigieron que dejaran asumir el cargo a Arévalo.

«Sí, lo juro», respondió Arévalo al ser interrogado por el presidente del Congreso, Samuel Pérez, sobre su decisión de prometer «ante Dios y por su honor de ciudadano de ser fiel, leal y obediente a la Constitución Política de la República de Guatemala, cumplirla y velar porque se cumpla».

Seguidamente, fue juramentada la vicepresidenta Karin Larissa Herrera Aguilar, bióloga, científica, catedrática y socióloga, de 65 años, y una de cuyas funciones es coordinar el trabajo del equipo de gobierno.

La ceremonia tuvo lugar en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, en el centro histórico de la capital, a las horas 00:18 horas de este 15 de enero (06:18 GMT), horas después de lo programado, un retraso provocado por la insistencia de las bancadas de derecha ahora opositoras por mantener suspendida personalidad jurídica al nuevo partido de gobierno, el Movimiento Semilla (socialdemócrata).

Además, Arévalo llamó a los pueblos originarios, fuerzas políticas, empresarios y otros sectores a la unidad para mejorar la calidad de vida de la población y la institucionalidad democrática del país.
«Es crucial trabajar juntos en unidad y armonía para mejorar la calidad de vida de nuestra gente», afirmó el nuevo gobernante tras ser juramentado en una sesión solemne del Congreso.

Arévalo subrayó que la victoria en las elecciones de 2023 de los sectores que lidera «ofrece la oportunidad única de edificar una institucionalidad democrática robusta y saludable sobre los escombros de este muro de corrupción» que tiene a la nación en una coyuntura crítica.

La lucha contra la corrupción y el uso de los recursos para la justicia social y el bienestar de la población fueron las principales promesas de campaña y los asuntos que los expertos consideran le abrieron el camino a la victoria en la segunda vuelta electoral del 20 de agosto pasado con el 60,91 de los votos.

«No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad», afirmó en su discurso de toma posesión, durante el cual reiteró su compromiso contra el autoritarismo y el uso de la violencia «como medio para promover agendas políticas o preservar privilegios».

El presidente abordó también sus planes sociales destinados a mejorar la atención a la salud y educación públicas, la lucha contra la desnutrición y la delincuencia, además de impulsar planes para la generación de empleos y la entrega de créditos con intereses justos a las micro y pequeñas empresas.
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Por Radaccion