Por Luis Céspedes Peña

Las últimas tres elecciones, ganadas por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), aplicando la presión sicológica cuando estaba en la oposición, logrando la municipal en el 2020 y la nacional en la misma fecha, para ahora imponerse desde la Presidencia de la República, usando muchos de los recursos que el Estado le provee, es una recordación del gran líder chino, Mao Tse-Tunge, que decía: “El poder es para usarlo, porque sino el adversario lo usa en tu contra”.

Eso le pasó al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que estando 20 años en el poder, no lo usó en las elecciones del 2020 y el opositor, Luis Abinader, hizo uso de esa herramienta del Estado, utilizando a funcionarios de la Junta Central Electoral (JCE) u otros organismos oficiales, para provocar la cancelación de las elecciones municipales el mismo día que éstas se celebraban en todo el país.

¡Y que el PLD ganaba!, pero cuando volvieron a desarrollarse, la oposición barrió al oficialismo.

¡Olvídese de fórmula! En el 2020, cuando el PRM estaba en la oposición y PLD en el gobierno, el entonces opositor Luis Abinader encabezaba protestas públicas dirigidas por Marcha Verde y otras entidades apéndices o financiadas por el mayor partido opositor, fijando su determinación de que su objetivo, en ese entonces, era el de ganar la Presidencia de la República.

Hoy, el objetivo del Presidente Abinader es el de retener la Presidencia, para lo cual seguirá usando el poder político que controla constitucionalmente. Al jefe de Estado se le acusa de usar los recursos del gobierno para ganar elecciones, cuyas críticas principales salen del PLD, la Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).

¿Y qué hicieron esos partidos opositores en estos casi cuatro años de gobierno del PRM? ¿A dónde están los grandes discurseros del PLD, de manera especial? El gobierno está terminando su mandato constitucional casi sin oposición.

Cuando el PRM estaba en la oposición, Abinader dirigió personalmente protestas frente al Palacio Nacional, el Congreso de la República, la Plaza de la Bandera y otros lugares.

El PRM, bajo el liderazgo de Abinader, creó un ambiente de tensión nacional antes de las elecciones municipales del 2020, bajo el supuesto de que el PLD tenía montado un fraude electoral.

¡Actuó como un real opositor!

Cuando Abinader provocó la suspensión de las elecciones municipales, el gobierno del PLD aceptó tranquilamente ese hecho.

En las elecciones presidenciales del 2020, Abinader logró conquistar a decenas de alcaldes, encargados de Distritos Municipales, senadores, diputados y dirigentes oficialistas, para así lograr una aplastante victoria. ¡Usando recursos de los que aporta a los partidos políticos la JCE! ¡Y también controlando gran parte de los medios de comunicaciones, pagando publicidad o haciendo otros gastos indirectos!

Desde el gobierno, el Presidente de la República, porque la mayoría de los ministros poseen miles de millones de pesos, pero no tienen gente, volvió a repetir la misma acción del 2020, conquistando, a muchos alcaldes, encargados de Distritos Municipales y dirigentes políticos de la oposición, los cuales no renunciaron, pero no hicieron el trabajo para llevar a votar a los militantes.

¡Ahora hay que esperar las renuncias de esos opositores! En las elecciones municipales pasadas, se observó a vehículos de instituciones del Estado cargando a votantes del PRM. Hay denuncias de alteraciones de actas de registros de votantes, del conteo de los votos, compras masivas de cédulas, impedimentos de entradas a los centros de votaciones de opositores y otras acciones, todas dirigidas al triunfo de los oficialistas.

El PLD, por ejemplo, tenía candidatos excelentes, como es el caso de Víctor Fadul, de Santiago, que hasta en el PRM su militancia daba como ganador, porque los problemas que afectan a los vencedores de hoy, no garantizaban la victoria. Con excelentes condiciones políticas, el opositor perdió. ¿Por qué perdió? Porque el Presidente Abinader instaló su centro de operación nacional en Santiago, al cual visitaba cada 15 y 20 días. Quería ganar a Santiago, la cuna política del candidato presidencial del PLD, Abel Martínez. ¡Y lo logró!

Pero hay algo que debe preocupar al Presidente Abinader y su PRM. De los 3 millones 573 mil 360 votos emitidos por los electores en las recién pasadas elecciones municipales, el oficialismo obtuvo 1 millón 747 mil 822. Pero las personas con derecho al voto pasan de ocho millones.

En esos comicios, el PLD, el segundo más votado, logró 786 mil 785 y la Fuerza del Pueblo, que ocupó el tercer lugar, 520 mil 352. Ahí no están los del PRD y otros aliados de la oposición. Suponemos que el PRM ya llamó o está llamando a sus asesores para hablar de ese gran peligro electoral, tomando en consideración que el alto costo de la vida que afecta a millones de pobres y de la clase media. ¡La mayoría de votantes, sean del PRM, PLD, FP o de otras entidades!

Llegado al poder el PRM, ordenó despojar a los peledeístas y a no identificados de las Tarjetas Solidaridad, para dárselas a los perremeístas. ¡Y eso le está dando buenos resultados! Cuando Leonel Fernández era el Presidente del país, apoyado por el PLD y otros aliados, se le bautizó como “el gobierno de los comesolos”, pero ganaba las elecciones. ¡Ahora lo está haciendo el PRM, sólo que se les dice los cogetodo”.

La oposición tampoco tuvo la capacidad de ponerse de acuerdo para hacer una verdadera alianza municipal. Por ejemplo, en un Municipio, como Tamboril, mi pueblo, el PLD y la Fuerza del Pueblo participaron con diferentes candidatos. La oposición participó desunida. ¡Y lo mismo ocurrió en otras partes del país!

En Tamboril, con un candidato fuerte, como lo es el actual alcalde y secretario general de Justicia Social, Anyolino Germosén, ¿qué esperanza de ganar tenía la oposición dividida? Ninguna, a parte de la debilidad que se observó en el trabajo político de la oposición, no sólo en ese pueblo, sino en la totalidad del país.

Pero no todo es negativo para la oposición. El PLD tiene como antorcha que en sus 20 años de gobierno la gente vivía mejor. Danilo Medina dirigió el mejor gobierno de la historia dominicana, en lo que respecta al aumento de la producción de alimentos, precios equilibrados, bajos costos de las medicinas, los servicios, los materiales para la construcción u otros que favorecieron a los pobres.

Como Abel Martínez, el candidato del PLD, se comprometió a poner en ejecución el mismo estilo de -gobierno de Danilo Medina, en materia de planes para los pobres y respaldo a la producción, como los préstamos de miles de millones de pesos, sin la presentación de ningún documento de garantía, suspendido ahora por el actual régimen.

Se comprometió a seguir con el incremento de los financiamientos para recuperar los proyectos agropecuarios, que originaban mejoras para los productores, pero también bajos precios para los consumidores, que hoy castigan a éstos por los altos que están, es una esperanza para el país.

El mejoramiento de la calidad de vida para las clases sociales más necesitadas, como las personas envenjecientes, los planes que desarrollaban las autoridades peledeístas a favor de los jóvenes y las mujeres, son compromisos asumidos por Abel Martínez.

El PRM tendrá problemas para lograr la mayoría de votantes en las elecciones presidenciales, debido a que la totalidad de electores sabe que una reelección del Presidente, significa el pago de más impuestos a causa de los altísimos precios que tiene la canasta familiar, presionadas por la gran cantidad de préstamos que hizo este gobierno.

¡Pero si la oposición no se une antes de la primera vuelta, es probable que pierda otra vez, porque el Presidente usará todos los recursos del poder para derrotarla en el primer intento!

El país tiene una gran disyuntiva: Un Presidente, como Abinader, que sabe usar el poder para ganar, un partido, como la Fuerza del Pueblo, que tiene un candidato presidencial con el mejor perfil de gobernante, pero sin una base política que sustente sus aspiraciones, y un PLD, que tiene la mayor estructura partidaria, pero con un aspirante, como el alcalde Abel Martínez, que es un excelente urbanista, pero que está por debajo del ex jefe de Estado en una presentación como estadista.

Para tratar de conseguir el éxito, se impone el sacrificio de ambos unidos, porque derrotar a un Presidente, como Abinader, que no le hace caso a lo que digan, es un problema.

¡Gracias por leernos!

Por Radaccion