TAMBORIL.-Con una población que sobrepasa los 100 mil habitantes y con gran desarrollo industrial y comercial, contando incluso con una activa zona franca, este municipio sin embargo sufre desde hace 30 años de un precario abasto de agua potable.
Es un verdadero calvario por el que atraviesan los pobladores para realizar sus actividades cotidianas, según madres y padres de familia diseminados en distintas comunidades, sobretodo en la parte alta.
Antes la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (CORAASAN) ofrecía el servicio dos días a la semana, luego fue reducido a uno, los viernes y en la noche, lo que aumenta el sufrimiento de los usuarios ya que deben permanecer despiertos hasta altas horas para poder abastecerse debidamente.
A las autoridades de CORAASAN, sectores de Tamboril les han propuesto una solución que es traer el líquido de Carlos Díaz, lo que se podría hacer por gravedad con lo cual se podría favorecer hasta a Licey al Medio.
“Sin embargo, ninguna respuesta se ha recibido de parte de la institución”, se quejan los usarios que deploran el hecho de que en 30 años este problema este lejos de resolverse todavía.
En lo que respecta a Tamboril, quien más padecen la poblematica son los pobladores de la parte alta, como Los Polanco, Guazumal y otras comunidades, cuyos residentes tienen que hacer malabares para poder conseguir un poco del vital líquido.
De esto se aprovechan los propietarios de camiones cisternas que ofertan a sobreprecio el agua provocando que se compriman aún más los escasos recursos de los pobladores, que deben muchas veces de dejar de cubrir otras necesidades para adquirir el líquido.
Sin embargo, y a pesar del largo calvario, las tamborileñas y los tamborileños no terminan de perder las esperanzas y siguen confiando en que CORAASAN, más temprano que tarde, buscará una salida satisfactoria al padecimiento de todo un pueblo que necesita un abasto eficiente de agua, sin cuya existencia la vida humana es imposible.

Por Radaccion

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