Los reclamos, protestas y confrontaciones sociales asoman a la sociedad dominicana en la medida en que el fantasma del Covid 19 se va controlando y los agentes económicos comienzan a acomodarse a la nueva realidad post pandemia con un alto índice inflación, desempleo y los problemas acumulados anterior a la pandemia.
Un catalizador de las presiones sociales en las ultimas semanas han sido las alzas de los precios de los combustibles y su consecuente impacto en la canasta familiar, los medicamentos y casi toda la cadena económica.
Organizaciones comunitarias y populares se reunirán en Santiago, para planificar una huelga contra la inflación, el encarecimiento de los combustibles y los aumentos de las tarifas de los servicios básicos.
Los líderes comunitarios se concentrarán en Santiago el próximo domingo en esta ciudad y tejerán los detalles sobre la huelga proyectada para el 14 de marzo.
José Mercado, quien habló en representación de las entidades, justificó la convocatoria a las protestas, porque los altos precios de los alimentos, exorbitantes cotizaciones de los combustibles, alzas desproporcionadas de los servicios de electricidad y agua potable, trastornan la paz social e inciden en el deterioro de las condiciones de vida de la población.
“Nuestra decisión es firme y nadie detendrá la lucha, debido a la inflación, desempleo, deficiencia de los servicios públicos e inseguridad ciudadana”, afirmó Mercado.
Las declaraciones fueron ofrecidas, luego de concluir el primer encuentro de coordinación del paro general de labores en las 14 provincias de la región Norte.
Ante las alzas de precios de los productos de la canasta básica así como de servicios y medicamentos, urge que el gobierno presente un plan que mitigue los efectos que la causa la inflación en la mayoría de la población sobre todo los de ingresos fijos y bajos, que ven reducirse su poder de compra.
Las consecuencias de la pandemia que redujo la producción de bienes y servicios en muchos países al suspender en unos casos y despedir trabajadores en otro, provocó un encarecimiento de sus precios fruto de la ley de oferta y demanda, en un mercado mundial caracterizado por la especulación.
“Elevado los precios de las materias primas y costos de fletes, restringida la cadena de suministro por la especulación, no hay dudas que el resultado iba a ser un incremento de los precios de servicios y alimentos.
Sin embargo, parece llegada la hora de transparentar costos y precios, sobre todo en el área de los combustibles, cargados de impuestos que por necesidad hay que revisar para conseguir una rebaja de sus costos para lograr una disminución de los costos de la comida y servicios.