Por Amable Grullón
Ecos del Cibao: Especial para Cibao Aldía.
Hablar o guardar silencio ha sido considerado por años como el arte de administrar sus palabras. Pero cuando se ejerce una función pública no es algo de lo que prescindir o apoderarte sólo por qué te da la gana.
El funcionario público se debe al pueblo y a su servicio. Es pagado con fondo del pueblo, administra recursos del Estado y sus actos deben estar en forma transparente al escrutinio público.
Si bien es cierta la frase lapidaria de que eres amo de lo que callas y esclavo de lo que dices, no menos cierto es que el calla otorga y se hace cómplice de su silencio o de los hechos.
Se está haciendo costumbre entre los funcionarios de diversos niveles e instituciones de operar una especie de código de silencio, de retardar o evitar las informaciones a la prensa.
Eso cuanta en favor de producciones vacías en radio y televisión, o de reproductores de redes sociales, que pasan el tiempo haciendo, diciendo e informando nada. Muchas veces, en la mayoría de ellas no hacen más que decir lo mismo y dar informaciones muy viejas como hechos actuales.
La estrategia de dejar que los hechos se desvanezcan en el silencio y en tiempo puede darle resultado por un tiempo y por un lado, pero pueden dar tiempo al rumor y versiones preliminares y semi-oficiales que pueden tener consecuencias.
Como sabemos los periodistas profesionales, el rumor no es noticia. La noticia debe estar confirmada y verificada por fuentes reales y creíbles. No inventadas, como se ve a diario.
Pero eso es la noticia y en los medios de información serios, con profesionales éticos y respetados. Pero en la práctica de la proliferación de medios, del auge de las redes sociales y de la vieja y poderosa red tradicional de Radio Bemba, las reglas son otras.
Mi humilde consejo es tener Cuidado con lo que dices, pero mucho más Cuidado con lo que callas. No se busquen problemas innecesarios. La prensa siempre se las arreglará para conseguir lo que quiere, pero en el camino de búsqueda de la noticia, también es dueña de la decisión de administrar y callar lo que quiere o de informar lo que le interesa.