Por: Ramón Antonio Veras.

1.- Para que los pueblos puedan apreciar la justeza de su lucha en cada etapa política y social, es oportuno recordarles episodios de violencia institucionalizada  y cómo se procedió para enfrentar la prepotencia despótica.

2.- El régimen de los 12 años del doctor Balaguer, dejó poco espacio para el ejercicio de las libertades públicas, y quien decidía con acciones desconocer la situación, debía de soportar las consecuencias.

3.- Porque en una conferencia ante trabajadores  agrícolas hice hincapié en la necesidad de sacar del poder al doctor Balaguer, fui detenido e investigado por el Servicio Secreto de la Policía Nacional.

4.- Luego del interrogatorio  fui despachado, pero le hice la observación al Jefe del Servicio Secreto, que continuaría con las charlas, en la forma que venía haciéndolo, y así se lo comuniqué  a la prensa, la cual lo reseño así:

 

“El doctor Ramón Antonio Veras fue interrogado ayer durante dos horas en el Departamento Secreto de la Policía Nacional en Santo Domingo. Veras fue «invitado» a pasar al despacho del jefe del Servicio Secreto, coronel Rolando Martínez Fernández. Viajó acompañado del doctor Salvador Jorge Blanco, presidente de la Asociación de Abogados de Santiago. Según se lo manifestó el coronel Martínez Fernández, al Departamento Secreto había llegado una denuncia en el sentido de que «estaba por medio de charlas y conferencias adoctrinando a los sectores obreros y campesinos para lanzarlos a la violencia contra el gobierno». Además que para tal fin el doctor Veras utilizaba la difusión de sus ideas en los campos y ciudades. Asimismo, el doctor Veras, al ser cuestionado sobre su comparecencia ante el jefe del Servicio Secreto,  dijo que se le interrogó respecto a su posición política. A tal cosa contestó el abogado que no tenía militancia política. También se le preguntó sobre qué método consideraba más adecuado para derrocar al gobierno. El doctor Veras le dijo al oficial que no podía señalar ningún método porque tal cosa correspondía a los dirigentes políticos y al pueblo en el momento dado. El doctor Veras le dijo al jefe del Servicio Secreto, que seguiría dando las charlas donde las solicitaran, porque  en la medida en que se edifique al pueblo en el conocimiento de los derechos humanos, en esa misma medida nuestro pueblo avanza. Consideró que si nuestro pueblo no es capaz de defender los derechos elementales de la persona humana, mucho menos va a tener conciencia para conquistar un punto de conquista social más amplio. Le ratificó al jefe del Servicio Secreto que esa labor la haría como simple ciudadano. Además, que mientras «no me colocara al margen de la ley podía seguir dando las charlas». Uno de los puntos respecto de los cuales fui interrogado fue sobre mi vida política y la táctica del golpe de Estado. Anoche el doctor Veras cumplió con su compromiso de dictar una charla sobre los derechos humanos en un club barrial de la ciudad de Santiago. Indicó que en todo momento el trato que se le ofreció en el Servicio Secreto fue cortés. El interrogatorio comenzó alrededor de las once de la mañana de ayer y concluyó a la una de la tarde.[1]

5.- Luego de la detención de que fui objeto, el licenciado Rafael Gutiérrez Belliard, para esa época encargado de redacción del periódico La Información,  escribió con relación a mis charlas y conferencias lo siguiente:

“Nos ha impresionado favorablemente que los organismos gubernamentales no hayan puesto cortapisas a la labor de concienciación social que realiza el distinguido abogado Ramón Antonio Veras (Negro). Decimos nos ha impresionado, o más atinado, nos ha extrañado que se le permitiera continuar con sus charlas dirigidas a las clases menos preparadas del país, porque a otros que han realizado labor similar se les ha puesto obstáculos insalvables. Hay muchos nombres que mencionar: Figueredo, Cabezas, y otros tantos. La campaña que realiza el doctor Veras está dirigida a crear conciencia en el ciudadano de poca o ninguna preparación intelectual, que es sujeto de derechos y deberes, que tiene un compromiso de ayuda con sus semejantes y que como ciudadano tiene que contribuir a la solución de los problemas que agobian el país. Esta campaña no es desinteresada. Negro Veras hace esa labor con un interés marcado, con una meta fija: hacer que el hombre adquiera conciencia y responsabilidad de ciudadano. Esas charlas, que casi a diario el joven abogado ofrece en clubes humildes, parroquias rurales y escuelas olvidadas, son digno ejemplo de preocupación por los demás. El obrero o el campesino que las recibe, que las escucha, sale con una visión nueva de su propia personalidad, con una visión nueva de su país, con una visión nueva del mundo entero. Si tuviéramos en el país cinco hombres, solo cinco, que como Veras se dedicaran a crear cultura en nuestras mentes vírgenes, embotadas por el trabajo duro y las penurias graves, este fuera un país distinto. Muchos verán en el trabajo de Veras una campaña de proselitismo político; otros le dirán «agitador», otros le echarán a cuestas el gastado adjetivo de «comunistoide». Empero la realidad es distinta, Negro Veras está llevando cultura a quienes no han tenido oportunidades de adquirirla en las escuelas o en nuestras universidades. Su labor es meritoria. Sus ideas políticas no nos importan, lo que nos interesa es esa labor de redención cultural que lleva a cabo fuera de política partidista y fuera de intereses mezquinos. Hemos leído todas y cada una de las charlas del distinguido intelectual y en ellas no se nota ninguna inclinación sectaria. Él está explicando al pueblo, lo que a nosotros nos enseñaron en las universidades. Pero en muchas ocasiones aquí se les ha dado un tapaboca a quienes se dedican a esa labor. Para no ir más lejos, al cierre de este artículo nos enteramos que el Servicio Secreto de la Policía objetó sus charlas y las calificó de subversivas. Ojalá todo no pase de ahí y pueda seguir el doctor Veras hablando sin cortapisas.[2]

6.- La juventud dominicana de hoy,  al leer este escrito que vale como reseña histórica periodística, se puede dar cuenta que el ambiente dominicano no siempre ha sido idílico  para exponer libremente las ideas.[3]

 

Santiago de los Caballeros,

3 de marzo de 2022.

[1] Última Hora, 4 de marzo de 1972

[2] La Información, 4 de marzo de 1972.

[3] Libro: De la calle a los estrados por justicia y libertad, páginas 71 y 72

Por Radaccion

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